sábado, 3 de abril de 2010

Afrodita y la gata


Una gata, que se había enamorado de un hermoso joven, rogó a Afrodita que la hiciera mujer. La diosa, compadecida de su deseo, la transformó en una bella doncella y entonces el joven, atraído por su belleza, la invitó a su casa.
Estaban ambos descansando en la alcoba nupcial, cuando Afrodita quiso saber si al cambiar la joven el aspecto de gata, había mudado también su carácter, por lo que soltó un ratón en el centro de la alcoba.
La gata, olvidándose de su condición presente, se levantó del lecho y persiguió al ratón para comérselo. Entonces la diosa, indignada, la volvió a su original estado.
***
Mmm, muchas cosas en este texto de Esopo.
Lo primero que salta a la vista, es el ratón... No, jejeje, digo... lo primero, es que por más que cambiemos la apariencia externa, no cambia lo interno. La gatúbela, seguía siendo gatúbela... Ahora, qué mal Afrodita, por castigarla, por mantener su esencia, me parece... Después de todo, al joven lo único que le importó aparentemente, era la belleza... Al final, la gata estuvo natural... Y al joven, tampoco le preguntaron qué opinaba ¿¿? Porque después de todo, en una pareja, cuentan las 2 opiniones... Capaz si el joven en ese breve lapso se enamoró, digamos, si ella era su alma gemela... después también pedía para transformarse en gato... éste era el final que a mí me habría gustado, creo... Ahora, eso sí, esta Afrodita, qué ego gigantesco tiene, se quedó indignada porque la felina no valoró debidamente su acción transformadora... Uf, estas diosas...
Gracias La Gatósfera, por este texto. (lagatosfera.blogspot.com)

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